Parque Nacional de Picos de Europa posee un incalculable valor paisajístico y biológico.
En la provincia de León, en el punto de encuentro entre Asturias,
Cantabria y Castilla y León, el Parque Nacional de Picos de Europa posee un
incalculable valor paisajístico y biológico, con una orografía abrupta y virgen.
Su terreno está caracterizado por fuertes pendientes y la presencia de inmensas
paredes de antigua roca caliza, en las que la acción del agua y el viento ha esculpido
gargantas, barrancos, agujas, pináculos, dolinas y un interminable laberinto de simas,
cuevas y ríos subterráneos que hacen único el agreste paisaje del Parque Nacional.
La imponente silueta de los Picos de Europa, de origen kárstico
y glaciar, deriva en las zonas más bajas en frondosos bosques de hayas y robles,
castaños, abedules, tilos y avellanos, que dan cobijo a una numerosa variedad de
especies animales, entre ellas una de las mayores reservas de oso pardo del mundo.
Abundan asimismo poblaciones de lobos, ciervos, corzos, rebecos y especialmente
urogallos. El Parque comprende además la reserva regional de caza de Riaño.
Picos de Europa cuenta con tres macizos: en el oeste,
Cornión, en el centro, Urrieles, y en el este, Andara, a la vez que despuntan
las cumbres de Torre Cerredo, Torre Blanca, El Llambrión y la Peña Santa de
Castilla, que superan los 2.500 metros de altura. Los Picos de Europa enlazan
al sur con los conjuntos montañosos de los Picos de Mampodre y los picachos de
Yordas y Gilbo. En los valles de Valdeón y Sajambre, la erosión ocasionada por
las aguas de los ríos Sella y Cares ha creado gargantas con espectaculares
desniveles y angostos desfiladeros escarbados en la roca caliza. En estas
zonas de difícil acceso encuentran su hábitat ejemplares de águila real,
buitres leonados, alimoche, halcón peregrino y treparriscos.
Fundación Villalar Castilla y León
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